¡¡Una semana en larga tarea de la cooperación!!

Ya hemos cumplimos nuestra primera semana en este país Sengal y empiezan a florecer las conclusiones sobre la labor que hemos venido hacer aquí.
Hemos puesto como aproximadamente 3-4 ha de Mango junto con melón, esperando las lluvias como agua en Mayo, nunca mejor dicho, para la germinación dudosa del melón. El semillero empieza a revivir con el aporte del riego por goteo y ya se ven los primeros melones pequeños y las primeras flores en el tomate, las plantas están todavía muy pequeñas pero es un logro que empiecen a florecer. Hemos tenidos varios momentos de caos y otros de satisfacción personal, cuando de repente ves a niños y adultos trabajando medianamente organizados, hay algo que se mueve por dentro de ti y te hace ver que todo es posible y que todo puede funcionar dedicándole mucho tiempo y trabajando mucho. Los principios de mañana son duros, la gente no se entera muy bien de lo que queremos hacer, pero después de explicar, practicar y hacer, ves que te han comprendido, que entienden lo que están haciendo y lo más importante ¿el porque?. Resulta gratificante ver como trabajan y empiezan a sentir la tierra como suya, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Mis manos ya están llenas de callos de hacer agujeros en el suelo.
El calor es sofocante, de ese que no dejas de sudar en todo el día y tu única necesidad es agua, agua fresca del frigorífico que no siempre es así, pero aguantando y adaptando el cuerpo a ello y deseando que no tarde mucho ese momento, para estar mas cómodo.
Aquí las cosas son todas distintas, sin noción del tiempo y con la vida distinta a la de nuestro país, todo parece un chiste de Eugenio, saben aquel que diu que van dos blanquitos por Senegal…..pero muy cómodo dentro de lo que cabe. El idioma poco a poco nos vamos haciendo con el salvando las pequeñas diferencias de que el francés no lo habla tanta gente como pensábamos, aquí lo que se entiende es el Wolof y este dialecto no viene en ningún diccionario ni ninguna guía de viaje. La gente nos mira, se ríe, nos observa y comentan entre ellos, pero la verdad es que sin ningún tipo de problema aquí el deporte nacional no es el futbol, ni la lucha senegalesa, sino el saludar, saludar sin parar a todo el mundo, ¿qué tal? Bien, ¿estás bien?, si ¿y tu? Yo también bien ¿Y tu estas bien no? Si bien….Así con todo el mundo que te encuentras por la calle, que no es poca.
El fin de semana lo pasamos en Dakar, viendo el futbol con gente española y después a una fiesta en casa de unos españoles, en la cual nos quedamos a dormir, fue fantástico lo bien que nos acogieron Eneco y Ana, fuimos a la playa de Yoff y a pasear por aquel barrio tan impresionante. Destaco un atún que nos comimos en la playa, con las manos, un autentico manjar recién asado, después como se dice en Cataluña () hicimos una siesta en un tenado y al despertar cual fue nuestra sorpresa, la playa estaba a reventar de gente, impresionante como Benidorm en el primer fin de semana de Julio, no cabía un alma, destacaba nuestro blanco rojizo entre los miles de personas negras zainos que había en el mar. Fue impactante y curioso a la ver, la falta de costumbre supongo.
Hemos jugados con los niños al futbol, descalzos en un arenal, era una revolución, dos tubat (blancos) jugando con ellos, parar el partido por que pasaba un burro o para espantar una cabra te hace recordar los viejos tiempos de cuando éramos niños. Mayores y pequeños se acercaron a jugar o simplemente a mirar. Nos vienen a casa a pedir comida, pero he de decir que no les damos nada por muy duro que sea, por tres principales motivos, el primero, por que aquí solo tenemos algunos mangos y café, el segundo por que si le das a uno, se correrá la voz y nos vendrán a pedir todos los niños y el tercero y no por ello menos importante, por que no queremos que nos vean como los billetes con patas que se piensan que somos, debemos erradicar que el blanco tiene dinero y el negro no tiene dinero. Es duro decirlo y hacerlo pero es otro modo de concienciar y de llegar a un punto equilibrado entre estas dos culturas tan distintas.
Bueno sintiéndolo mucho os dejare hasta la próxima entrada, espero que os gusten estas vivencias de un simple viajero que su único propósito es el de aquel brindis de la cena con mis amigos, luchar por un mundo más justo y solidario.
Au revoir